Juan Pablo Rodríguez
Zalamea de la Serena
Jueves, 18 de enero 2024, 09:43
Hace veinticinco años, el empresario hostelero Sabino Alcántara y los vecinos de Puerto Hurraco sumaron fuerzas para darle a la festividad de su patrón, el mártir San Sebastián, el impulso que, a su entender, merecía. Así, solicitaron al ayuntamiento de Benquerencia de la Serena la contratación de una orquesta para la noche del día 20 de enero con el fin de potenciar esta celebración; los gastos que originaba la instalación de una carpa se sufragaron con las aportaciones económicas de los propios vecinos y de Sabino, quien regenta el único bar del pueblo. «No fue fácil poder conseguir todo el dinero», recuerda Mercedes Alcántara, presidenta de la asociación de vecinos en 1999, «e incluso todavía estamos agradecidos a los jóvenes de Campanario que nos alquilaran la carpa por un precio bastante asequible». Por otra parte, y fruto también de la colaboración vecinal, durante los días previos al 20, se elaboraron rosquillas, flores y pestiños para agasajar a todos los que ese día se acercaban a Puerto Hurraco. En el bar, desde entonces, a las nueve de la mañana del día de San Sebastián se desayunan churros, chocolate y aguardiente: es el inicio de un día grande en todos los sentidos.
Y estos veinticinco años de constancia han ido dando sus frutos. La fiesta ha ido creciendo en días y en actividades, sin perder ni un ápice su marcado carácter hospitalario, el que enorgullece a sus vecinos y de la que hablan emocionados cuando se les pregunta por ella. El ayuntamiento ya se encarga de contratar la orquesta y la carpa, de colaborar con otras actuaciones, de organizar juegos infantiles… Los vecinos siguen aportando ayudas y colaboraciones, ganas y esfuerzos.
Tanto es así que desde hace tres años la asociación La Jibees quien lleva a cabo la alborádel santo, una procesión en la que una comitiva, provista de antorchas, y encabezada por el estandarte y el mayordomo, recorre las calles oscuras de la población al tiempo que recitan loas al mártir implorando que «nos libre de pestilencia». Es un acto solemne, íntimo, de recogimiento previo en el que se conjugan la oscuridad y el silencio que darán pie a la luz y a la algarabía gracias a la intervención del santo. Los vecinos se citan en la puerta de la iglesia para encender las antorchas que los guiará hasta la plaza del pueblo, contestano a la intervención individual del mayordomo con la respuesta colectiva del pueblo. Al llegar a la plazoleta, el fuego es el protagonista: ha vuelto la luz gracias a la inmensa hoguera que se prende finalizada la procesión. Agradecidos, entonan el cántico compuesto expresamente para su patrón, ese que ruega «para que un día gozoso, el pueblo de Puerto Hurraco, pueda alcanzar la gloria con la ayuda de su santo.» Carlos Carrillo, presidente de la Asociación La Jibe y mayordomo, explica que «todos estos actos tienen sentido en sí mismos, pues reflejan el amparo que siente el pueblo al saberse protegido por su patrón, en una serie de alegorías basadas en la luz, la oscuridad, el fuego, el silencio y el ruido».
La luz y el calor de la hoguera pregonan que la fiesta ha comenzado. Esa misma noche ya se pueden degustar sopas de ajo en el bar de Sabino y, después, según el programa de actos, llegará la mejor música de la mano de Chemy Benítez DJ. El día veinte, recobradas las fuerzas con los churros, el chocolate y el aguardiente de la vecina Esparragosa, «salimos de casa para no entrar hasta la madrugada», apunta Virtudes Izquierdo, venida desde Gijón y fiel a la cita estos 25 años. «No he faltado ninguno ni pienso hacerlo; desde que acaba el verano, cuento los días para volver a mi pueblo natal». Un veinte de enero que se completa con la misa y procesión de la imagen del patrón, a las doce; la amenización de la de las plazoleta de manos de la charanga «Los del barrio»; la degustación de dulces típicos tradicionales a las cinco; la actuación del grupo de coros y danzas «La Ribera»,de Monterrubio de la Serena, a las seis; juegos infantiles y la verbena amenizada por la orquesta «Stéreo», a partir de las ocho de la tarde y la degustación de carnes ibéricas a la brasa.
El domingo 21, tras disfrutar de la actuación de Entre zaranda y alambiques, sección de folklore de la asociación Asbaraguzza de Esparragosa de la Serena, se recuperan fuerzas gracias al cocido extremeño que ofrece la asociación La Jibe a propios y foráneos. El éxito de esta propuesta, nueva desde el año pasado, ha animado a que se repita este. Será, además, el punto y seguido, el de «hasta el año que viene». En este sentido, Belén Carrillo, quien se estrena como representante del ayuntamiento en la pedanía de Puerto Hurraco,y según ella misma nos explica, afronta esta celebración de San Sebastián «con muchas ganas e ilusión, como representante del ayuntamiento pero aún más como vecina de Puerto Hurraco. Para mí, es un orgullo poder organizar, con ayuda de nuestros vecinos, esta festividad que es tan importante para nosotros. Deseo, de todo corazón, disfrutar de unas fiestas memorables de este gran día. ¡Que viva San Sebastián!». Pues lo dicho: ¡que viva!
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PIE DE FOTO 1.- La alborádel santo.
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