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Salvador García junto a dos de sus jóvenes aprendices, Cristian y Jon
«Con la petanca los jugadores se encuentran a sí mismos»
ENTREVISTA

«Con la petanca los jugadores se encuentran a sí mismos»

Llegó a Zalamea por su calidad de vida y con él trajo consigo la afición a la petanca

maría fortuna

Jueves, 29 de septiembre 2016, 19:42

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Hoy nos acompaña Salvador García, un espíritu aventurero que llegó a Zalamea hace dos años con el único objetivo de vivir. Me enamoré de Extremadura cuando vine en bici por sus tierras, además en este municipio se vive muy bien; hay muy buena calidad de vida. Salvador es un apasionado de la petanca por los beneficios que le aporta al ser humano. La afición es una herencia de su padre, y en su afán por compartirla comenzó a introducir este deporte en la localidad hace dos años.

Cuando llegué nadie lo practicaba aquí, pero poco a poco fue atrayendo a personas de todas las edades. Junto a él le acompañan dos jóvenes aprendices, Jon y Cristian, que con 13 y 14 años se han metido de lleno en el mundo de la petanca. Nos gusta el fútbol y otros deportes pero en este juego hemos encontrado algo especial. Nos ayuda a ser mejores personas y con el tema de los estudios nos está viniendo bien, relatan ambos chicos.

Salvador considera la petanca un juego de aprendizaje hacia uno mismo a través de las bolas. Con la petanca los jugadores se encuentran a sí mismos. Destaca la importancia de la respiración en el momento de lanzar. Es un deporte que te ayuda a centrarte en ti mismo, coordinar la mente, el cuerpo y la respiración, afirma. La petanca, comenta, solo necesita un lugar de 4 metros de ancho por 15 de largo acordonado para poder jugar. Es muy sencillo y tienes muchos más beneficios de los que las personas creen, por eso decidí decantarme por esta actividad. Aún así es un deporte mundial donde existe mucha competición, que quizás es la parte que menos me guste de él, confiesa.

Para él y para ellas

Cuenta Salvador que cuando llegó a Zalamea su idea era realizar una actividad dedicada por igual a hombres y a mujeres. Mezclamos lo femenino y lo masculino y, por tanto, logramos mayor unión entre ellos. Relata que esta iniciativa surgió al ver que en municipios pequeños las actividades están separadas por género. Ellas van a determinados sitios o están en casa y ellos a otros diferentes, por eso aquí queremos que convivan realizando la misma actividad, recalca. Yo no vengo a cambiar nada, solo vine a mover memorias y a introducir este juego, afirma. En un principio confiesa que los niños no eran su objetivo, si no un público más adulto, pero ahora he descubierto que más que enseñarles, con ellos aprendo cada día cosas nuevas que me sorprenden y me animan a seguir en esta labor. Salvador sañala que pese a que la gente joven veía este deporte más enfocado a la tercera edad, al comenzar a practicarlo lo han empezado a ver de otra manera. Hemos establecido un vínculo de cariño.

El grupo crece

En un principio comenzaron pequeños grupos de 5 o 10 personas, ahora ha crecido, de manera que se han llegado a juntar 63 personas. El ayuntamiento les cedió el castillo para que pudieran practicar allí, pero después de un año han estrenado pistas en las instalaciones polideportivas. Se proponen hacer una liga interna e invitar a jugadores de otros pueblos a participar en ella sin llegar a ser una competición como por ejemplo Burguillos del Cerro, Higuera de la Serena y Cabeza del Buey. Tras dos años dando pasos en este juego, ahora tenemos una mayor organización, afirma Salvador García. Después de la celebración del primer Open el pasado año, el 20 de agosto la localidad acogió la segunda edición a la que acudieron jugadores invitados desde varios puntos de la región.

Nuevos retos

Nuestra intención es crear un club o asociación para institucionalizar de alguna manera este deporte en Zalamea, pero aquí no queremos que nadie se sienta obligado a venir por pertenecer a nada, solo porque quiera pasar un rato consigo mismo y con el resto de compañeros, exclama. Los próximos pasos irán en función del desarrollo del propio juego. Yo con esto me siento vivo, si les ayuda yo me centro en ellos, en cada persona en particular porque me gustan los retos. Por otro lado, confiesa que además de enseñar a jugar a la petanca, las reuniones que realizan sirven para la liberación y el desahogo del ser humano. Escucho a cada jugador sus problemas e intento que mantengan una buena relación entre todos para que haya armonía. En el tiempo que han estado jugando en el castillo ellos mismos se encargaban de su mantenimiento, limpieza y conservación. Después del detalle que tuvieron desde el ayuntamiento de cedernos este lugar tan mágico, por nuestra parte lo menos que podíamos hacer era conservarlo. Instalaron ceniceros y escupideras que tradicionalmente era donde se escupía al practicar este deporte.

El otro artífice de este proyecto es Vicente Dávila, un ilipense que desde el año pasado se ha convertido en la mano derecha de Salvador. Él ha hecho un trabajo excelente con los niños por un lado y con los mayores por otro, pues les transmite valores confiesa. Así mismo cuenta Vicente que en estos últimos meses ha sido él quien ha estado más pendiente de las clases porque Salvador tiene muchas cosas entre manos. Lo especial de este juego es que agrupa a personas de edades muy diferentes, es un encuentro inter generacional el más pequeño tiene 5 años y el mayor 81, concluye Dávila.

En septiembre esta iniciativa cumplía un año, por ello se celebró el II Open dentro de la Feria y Fiestas de la Cruz en el cual participaron cuatro parejas de adultos y tres infantiles. El torneo tuvo muy buena acogida y hubo muchos asistentes esa mañana en las nuevas pistas. A los ganadores se les entregó una copa y un diploma y a la segunda pareja, de la cual Vicente formó parte, se les obsequió con una medalla. Tras dos Open, un torneo en camino y las nuevas pista, está claro que este bonito proyecto no ha hecho nada más que empezar

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