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Antonio entrando en la meta
ENTREVISTA

“Estaba tan nervioso en la meta que al coger la bufanda del Ilipense la levanté al revés”

Antonio Sánchez Rueda, el primer ilipense en conquistar las calles de la Gran Manzana habla de su experiencia en HOY Zalamea

María Fortuna

Martes, 17 de noviembre 2015, 13:56

Arquitecto, de 30 años de edad, cruzaba el charco el pasado octubre para cumplir el sueño de cualquier aficionado al mundo runner: saborear cada zancada por la ciudad que nunca duerme. Después de un largo viaje, este ilipense conseguía participar en la New York City Marathon.

En realidad era el regalo de cumpleaños para mi novia y pensé en aprovecharlo y participar en la maratón. Con estas palabras daba comienzo la entrevista y contestaba así a la obligada pregunta de cómo se plantea un aficionado semejante reto. Estefanía, su novia, que nos acompaña, asiente con la cabeza y añade que su sueño era pasear por las calles de Times Square, y poder disfrutar de Manhattan por unos días perdida entre las interminables avenidas de Nueva York. Antonio, que recogió la idea a la perfección decidió cumplir el sueño de su chica y de paso, darse el capricho de poder contar esta experiencia a las generaciones venideras de runners.

Pero Antonio confiesa que la historia se remonta a muchos meses atrás. Él siendo conocedor a de todo lo que acontece en el mundo de las maratones, sabía que no era nada fácil poder obtener un dorsal, pero tenía que intentarlo. Nos explica que hay diferentes formas de participar en esto tipo de carreras tan multitudinarias. El primero, comenta que es representando una buena marca pero de aquellos que se dedican profesionalmente a esto, que él descartó por ser un aficionado. Por otro lado, mediante una agencia de viajes, que incluye todo en un pack pero es muy elevado de precio. Y por último, a través de un sorteo de dorsales en el cual la suerte le sonrió. De esta manera, este ilipense daba un paso más hacia uno de los retos más emocionantes, a los que revela, se ha enfrentado en la vida.

EL COMIENZO

Desde el primer momento que pisamos Nueva York comenzamos a respirar el ambiente de la maratón. De esta manera, Antonio aclara que es asombroso como una ciudad de tan alta magnitud se vuelca en su totalidad para la preparación de la carrera. Destaca a su vez el trabajo de miles de voluntarios que desde los previos, hasta el final de meta están pendientes de los corredores en todo momento. El elevado número de personas trabajando y una perfecta organización, son dos de las cosas que debo destacar de todo aquello. Se refiere a personas que de forma anónima y altruista se dedican a ofrecer asistencia y avituallamiento a todos los participantes.

La ilusión no es la misma que en las otras maratones, aquí influye muchísimo el sitio y las calles que estás pisando, comenta Antonio. Afirma a su vez, que lo que la hace diferente es el enorme despliegue mediático que acompaña a la carrera, puesto que por lo demás supone para él lo mismo que cualquiera que se celebre en territorio nacional todas las maratones tienen su encanto especial para mí, añade. Por ejemplo, la de Sevilla es una cita obligada que cumple con regularidad cada año, y a la cual le guarda un especial cariño por ser de las primeras que corrió y el lugar donde estudió la carrera universitaria. Aunque apostilla, si normalmente aprecias en una carrera el poder pasar por grandes avenidas a las que solo tienes acceso en coche, correr por algunas de las mas legendarias calles de la Gran Manzana era verdaderamente emocionante

UN DESTACABLE RESULTADO

Son muchos los recuerdos y las sensaciones que guardo de aquel día. Este ilipense relata que se preparó físicamente apenas dos meses atrás, debido a una lesión de rodilla que padeció con anterioridad, me la preparé a conciencia pero quizás solo las últimas semanas, admite. Antonio completó el recorrido en 3.07.33, un poco por encima de su mejor marca fijada en 2.59. Este registro le permitió situarse en la posición 1.287 de la clasificacion general entre los 50.000 participantes. Un remarcable y sobresaliente éxito que él atribuye al haber disfrutado de la carrera y no haberse marcado metas demasiado duras. Si hubiera estado pendiente de mejorar mi marca o plantearme retos imposibles quizás me hubiera costado mucho más llegar a meta. Reconoce que para él la carrera de Nueva York ha sido más placentera que ninguna. Es increíble cómo se vuelca la gente. Incluso al día siguiente cuando vas con la medalla, que es tradición allí, te paran por la calle para darte la enhorabuena y preguntarte por tu resultado, eso es realmente admirable.

La diversidad en la participación es otro de los elementos que nuestro protagonista recalca de esta maratón. Hay representación de casi la totalidad de países del mundo, apostilla. Diversidad de población, razas y culturas unidas con un único objetivo: la superación personal. El día previo a la carrera explica que había un desfile de los diferentes países y una convivencia para que se pudieran conocer entre ellos. El grupo de españoles que había nos llamaron la atención en cuanto nos vieron, añade. La representación española en la competición fue de unas mil personas, según las palabras de Antonio. Una de las cosas que más nos llamó la atención fue las pequeñas federaciones de Cataluña y País Vasco, que iban como si no tuvieran nada que ver con todos nosotros, reconoce que es una pena que en un evento en el que el sentimiento de unión a tu país se hace más fuerte, ellos miraran para otro lado.

EL CALOR DE UN PUEBLO

Este deporte puede parecer solitario porque cada uno marca sus tiempos y va solo, por ello Antonio destaca que la compañía es muy importante en este tipo de eventos. Confiesa este maratoniano, que es maravilloso tener a alguien ahí y ver su cara en momentos en los que el cansancio físico te puede. A mí siempre me acompaña mi novia, es muy agradecido que alguien cercano te esté esperando cuando acabas exhausto de la carrera

Ha llevado al Ilipense, uno de los componentes más característicos de Zalamea, hasta la Gran Manzana, que se dice pronto. Antonio nos cuenta que vivió ese momento con gran emoción. A dos kilómetros del final Estefanía me estaba esperando con la bufanda. No sabía si iba a ser posible porque había millones de personas, pero ella supo colarse entre la multitud y de repente la vi, tiré de la bufanda y salir corriendo a meta. Cuando estaba cruzando la línea la levanté y estaba tan nervioso que no me di cuenta que estaba al revés, afirma entre risas. Cuando vuelves a tu pueblo y todo el mundo por la calle te da la enhorabuena y te pregunta es cuando asumes la altísima repercusión que tiene esta carrera.

PRÓXIMAS METAS

Antonio comenta que tiene presente nuevos retos, pero que la maratón neoyorkina tendrá que esperar. El desembolso económico que supone solo puede hacere en una ocasión especial. Aunque declara que no descarta participar en otras de territorio europeo y muy famosas también, como son las de Berlín y Londres. Mientras tanto, confiesa que ya está esperando con ganas a que llegue su cita anual en Sevilla que, con esta edición, será la cuarta vez que correrá la maratón hispalense. En Sevilla intento mejorar mi marca y fuerzo mucho más al límite. Algo que destaca de la maratón hispalense y otras que se celebran en España es que la gente al ver el nombre en tu dorsal te anima cuando te ven sin fuerzas, es muy agradecido que cuando vas corriendo por las calles y la gente grita tu nombre para darte ánimos. Es un gesto que por simple que parezca te hace venirte arriba, añade.

Algunas reflexiones de última hora ponen el punto y final al encuentro con este arquitecto ilipense aficionado al runner. Con el cúmulo de sensaciones propias al rememorar cada momento de la maratón, la emoción invade sus palabras. Una experiencia que, sin duda, guardará entre las mejores el resto de su vida, al recordar una y otra vez, yo corrí la maratón de Nueva York.

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