Los centros educativos mantienen viva la enseñanza online para que el proceso educativo no se interrumpa

Ante la situación tan excepcional en la que nos encontramos por la alerta sanitaria causada por el coronavirus, las clases presenciales de todos los niveles educativos quedaron suspendidas antes de que se decretase el estado de alarma. Esto ha supuesto un revés tanto para los alumnos como para los profesores, además de «preocupación en el profesorado por querer desarrollar su labor en las mejores condiciones; en los alumnos para no echar por tierra todo el trabajo de este trimestre y en las familias, que se vieron desbordadas por una situación totalmente nueva para ellas».

El director del IES 'Antonio de Nebrija' de Zalamea, Juan Pablo Rodríguez, asegura que «el cese de la actividad docente presencial no ha implicado en ningún momento la paralización del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, los profesores nos valemos de la plataforma educativa Rayuela, de la aplicación Google Classroom y del correo electrónico, pues cada alumno tiene asignada una cuenta de correo electrónico bajo el dominio 'educarex.es'. Algunos profesores, además, se mantienen en con- tacto con sus alumnos mediante WhatsApp».

Un reto para todos

El uso de herramientas online para la impartición de las clases puede suponer todo un reto para algunos profesores, sin embargo, los profesores del instituto de la localidad están preparados para ello. «En nuestro centro, desde el curso pasado, está implantado el proyecto CITE, de la Consejería de Educación, que ha permitido un acercamiento de los docentes a las nuevas tecnologías y sus aplicaciones en el aula», cuenta el director, que añade que dar las clases de forma no presencial cogió por sorpresa a todos. A pesar de no estar acostumbrados a este sistema, «la respuesta, la buena acogida de este sistema, ha sido unánime. Tanto los alumnos de cursos superiores como los más pequeños se están esforzando en la adaptación a trabajar desde casa y su reacción ha sido inmejorable. En este sentido, hay que agradecer el gran esfuerzo que están haciendo las familias para que el resultado sea impecable.»

Familias más desfavorecidas

Por otro lado, Juan Pablo Rodríguez cuenta que «gracias a la estupenda labor de la educadora social del centro, Amparo Jiménez, el instituto está en contacto con las familias más desfavorecidas para que Servicios Sociales les puedan lleva alimentos y apoyo en esta situación».

Respecto a cómo terminará el curso, Rodríguez asegura que «esa es la pregunta del millón. ¡Ojalá tuviera una respuesta y que fuera alentadora para todos! La incertidumbre no puede ser mayor y las decisiones se tendrán que ir tomando conforme se vayan desarrollando los hechos».

El director del instituto considera que «cuando los alumnos vuelvan a las aulas volverá su normalidad, su rutina. Yo creo que, en lugar de costarles, valorarán poder volver salir de casa, estar con sus compañeros y compartir la mañana con sus profesores. No es necesario darles ninguna recomendación pues el hábito de estudio no se está perdiendo: se ha modificado la forma de trabajar pero eso en ningún momento ha implicado que se pare el aprendizaje. Nadie estaba preparado para vivir una crisis de este tipo, nadie. Creo que el mayor aprendizaje que los alumnos, en lo que a lo educativo se refiere, es que la presencia de sus profesores es necesaria. Y no ya por lo mucho que les pueden enseñar, sino porque la educación es algo más que la mera transmisión de conocimientos. La enseñanza son gestos, son miradas, es compañía y es emoción; y los profesores muestran, cada uno a su manera, su atención individual, su cuidado, su preocupación para que el alumno siga adelante. Todo ello puede transmitirse mediante mensajes en la pantalla de un ordenador, pero no se percibe de la misma manera».