

El sábado 27 de abril, el alcalde de Zalamea, José Antonio Murillo, asistió a Linares donde se celebró la Asamblea de Fiestas Históricas en la que defendió los méritos para la adhesión del teatro ilipense 'El alcalde de Zalamea' a la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas (AEFRH).
Tras someterse a votación, fue aprobada por unanimidad por lo que desde esta fecha, 'El Alcalde de Zalamea', teatro representado por todos los vecinos del municipio que es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde noviembre del año 2018, pertenece a la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas.
La AEFRH nace en el marco del I Encuentro Nacional de Fiestas y Manifestaciones Históricas, celebrado en Cartagena en el año 2000. La integran asociaciones, fundaciones, administraciones locales u otros organismos que organizan fiestas, espectáculos y recreaciones de carácter y argumento histórico. Nace con la finalidad de mejorar la calidad y enriquecer en todos los aspectos a las fiestas que forman parte de ella.
La Asociación es además una plataforma de difusión a nivel internacional, ya que está integrada en la Confederación Europea de Fiestas y Manifestaciones Históricas integrada por Alemania, Bélgica, Eslovenia, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Polonia, Portugal, Suiza y España.
«Sin duda una buena forma para mejorar la divulgación del 'El Alcalde de Zalamea', dar mayor difusión a nivel nacional e internacional así como mejorar su calidad», han señalado desde el Consistorio ilipense».
Cada verano, en la segunda quincena de agosto, Zalamea de la Serena vuelve al siglo de oro con la representación popular, en sus calles y plazas, de la obra de Calderón de la Barca 0El alcalde de Zalamea', en la que participan los vecinos de la localidad.
La representación se completa con una serie de actividades paralelas en diferentes enclaves como rutas turísticas, exposiciones, animaciones de calle y teatrales, un recibimiento teatralizado a los visitantes o un desfile de los Tercios de Flandes.
La obra se representó por primera vez el 12 de mayo de 1636. En el siglo XVII las obras se representaban ante público y no escritas debido a que la mayoría de la población era analfabeta. Las impresiones eran muy costosas por la tinta y el papel y si la obra se llegaba a imprimir sólo se realizaba una única copia llamada incunable.
La obra se publica por primera vez en 1651 titulada 'El garrota más bien dado', pasando a llamarse 'El alcalde de Zalamea' en 1683.
Hidalgo, cortesano y protegido por la aristocracia, Calderón no tiene nada de extraño que viniera a Zalamea invitado por los Condes propietarios de La Mata, encinar en donde ocurrió la tragedia. La estancia de Don Pedro Calderón de la Barca (dramaturgo elogiado por Lope en 1.630 y palaciego y cortesano hasta 1.640) en Zalamea, debió de ser hacia 1.642, tras haber recibido licencia militar absoluta y premio de 30 escudos de sueldo mensuales, tal vez antes de ir a vivir a Alba de Tormes.
El dramaturgo ubica la trama de su célebre obra en los marcos de un suceso histórico verídico: la invasión militar que Felipe II de España lanzara sobre Portugal en 1580, tras la muerte de su tío Enrique I de Portugal. La invasión es exitosa y España se anexa a Portugal por los próximos 60 años (1580-1640). Personajes como D. Lope de Figueroa fueron tomados directamente de la realidad histórica.
Existe una comedia anterior, atribuida a Lope de Vega y con el mismo nombre que en un principio: El garrote más bien dado, que se basa en el mismo suceso histórico.
Ya en el siglo XX, más concretamente el 13 de septiembre de 1.925, se rinde homenaje a Pedro Crespo. En 1.930 la compañía de Ricardo Calvo representa en Arribalavilla la obra de 'El Alcalde de Zalamea'. Años más tarde, la proyección de la película de 'El Alcalde de Zalamea' fue un rotundo éxito.
Un nuevo hito en la historia de esta representación teatral viene de la mano del mismísimo Fernando Fernán-Gómez, genio y figura, quién a principios de la década de los ochenta, acudió a Zalamea a representar la obra.
Un tiempo de silencio, la llegada de Miguel Nieto y su satisfacción al comprobar que El Alcalde de Zalamea estaba en el pueblo: Isabel, Pedro Crespo, Juan, Inés, Don Mendo, La Chispa, soldados, villanos/as, así hasta más de 350 vecinos, convertidos en actores.
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